El desafío de Bla-d para el mes de junio es ambientar para recibir en casa. Es la primera vez que participo y reconozco que me da un poco de pudor. Sigo atentamente los desafíos y siempre me asombro con la creatividad de las participantes, con sus casas (son tan lindas!), con la perspectiva que eligieron para capturar esa imagen, con esa luz y desde ese ángulo. Entonces pienso: el umbral de expectativas es muy alto, mejor me conformo con mirar las mesas divinas que presentan y veo si la próxima sale... Sin embargo hoy, mientras preparaba la mesa para recibir a mi amiga-comadre-socia Clau, me entusiasmé.
Saqué el mantel con el que vistieron el altar de bautismo de mi bisabuelo Benito (en la imagen apenas se aprecia su inicial) bordado a mano y obviamente con un gran significado emocional, la vajilla de mi abuela Ema...
Y alentada por la iniciativa, sin pensar en alcanzar la perfección, seguí añadiendo detalles: almohadones, cintas, pantallas de papel, corazones de azúcar, servilletas estampadas, un aplique de mariposas. Todo rosa! Demasiado rosa. Como para el baby shower que nunca fue. Aunque, en honor a la verdad, nadie se hubiese asombrado si ambientaba el baby shower de Camilo en rosa, porque Paula tiene esas cosas...
Y después de sacar cerca de cincuenta fotografías, ninguna me conformaba. Veía, manchas, arrugas, imperfecciones. Y las cintas que pensé que iban a verse "descontracturadas" me parecieron desprolijas. Entonces, aproveché el sol que se asomaba atrás de los ibiscos y cambié la mesa de lugar...
Sol de invierno, pero sol al fin y al cabo...
Y ahora no sé bien qué imagen elegir, y me argumento que lo importante es que me divertí haciéndolo y que en un rato viene Clau y se va a matar de risa de tanta producción.
Y de tanto rosado!
Dicen que lo que vale es participar, no?